La casa del abuelo ( el mejor lugar del mundo)
Mi abuelo Roberto era un hombre de esos que es difícil encontrar. Su mirada de " toro bravo" seguida de una sonrisa fija y picarona siempre causaba comentarios en los miembros de la familia; sus crespos cabellos blanqueados por la edad, revelaban toda una vida llena de experiencias que contar a los nietos.
Mi abuelo siempre tenía una respuesta para cada uno de nosotros: " ¡ qué quieres muchacho ( a) de mierda !" secundada de la misma sonrisa picaresca que en algunas tardes soleadas tuve la dicha de recibir; digo eso porque mi abuelo ya no está en este mundo. Pero sus relatos ,aquellos que contaba tan luego se sacaba el palillo de fósforo que solía masticar por hábito y quiandose además su viejo sombrero de paja, ahí mismo nos sumergía en una película llena de anécdotas y otras experiencias que siempre culminaba con una enseñanza de vida. Así era él cuando nos contaba aquellos relatos de una vida hecha más que para la agricultura ; eran testimonios de sabiduría que le hacían merecedor de tan sublime tranquilidad en aquella casita sobre la loma , al pie de la carretera rumbo a Surpampa y otros pueblitos que ahora pude conocer .
La casa de mi abuelo era pequeña; pero parecía crecer cuando ingresaba al único cuarto para los ocho hijos que tuvo en su sabía existencia , esos muchachos recios que tiempo atrás partieron para hacer su propia vida en la ciudad .
Esa misma casa hecha de palos de overal y embarrada con una mezcla del propio suelo convertido barro ; esa humilde casita que ahora ya nadie visita, siempre fue mi lugar favorito del planeta ; la que podiamos visitar durante las vacaciones mientras mi abuelo Roberto estaba con vida.
Gracias a mi querido abuelo, al sonido de las aves y a esa tranquilidad absoluta que me velaba el sueño mientras esperaba lleguen los demás para recoger los palos de leña seca ; gracias a esa paz que hasta ahora no encontré en similar magnitud , es que nació mi interés por conocer la sierra piurana ,de la que sigo aprendiendo pues , continúa despertando tantas emociones que a veces son indescriptibles.
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